La porcelana es uno de los materiales más utilizados en la construcción y puede usarse para paredes y suelos, para cocinas, baño u otras habitaciones.
El suelo de losa se fija a la superficie del piso o pared con un proceso elemental de albañilería, en su especialidad de solería: un mortero esencialmente compuesto de cal o cemento (conglomerantes), arena y agua, que al secarse adquiere una constitución muy dura, aunque menor que la del hormigón, lo que deja la transferencia de peso y calor mediante todo el embaldosado.
El granito pulimentado da posibilidad de baldosas muy hermosas y resistentes. Además deja, con espesores parcialmente reducidos, hacer losas de tamaños notables. Sin pulir, y en tamaños grandes, se emplea mucho como pavimento de aceras y de calles.
Aunque ahora se utilizan poco, hace años fue corriente una baldosa de tipo hidráulico (de cemento) en cuya capa superior había unas delgadas tiras de madera pegadas, que se llamaban entonces (en España) con el indigno nombre de parqué.
Introducida en la Península por los alarifes y ceramistas musulmanes, la azulejería tuvo un primer instante de esplendor con el arte mudejar.
Desde el siglo XVII se hizo común en las fábricas de azulejos un motivo ornamental -para cocinas de menestrales y señores- que con el tiempo se llegaría a transformar en un tradicional del coleccionismo para los amantes de la porcelana y un objeto de culto para los anticuarios: el azulejo de oficios.
Las piezas de porcelana pueden tener grosores muy, muy diferentes y pueden ser del color que desee, solo haría falta emplear colorantes. Entre los procesos a los que se someten estos materiales se hallan el prensado, el secado o la cocción, para lograr los resultados que exijan los clientes.
En función de si el baño es pequeño o grande y de la altura a la que están ubicados los techos hay que seleccionar un tipo o bien otro de azulejo.
Estos elementos son los más tradicionales para revestir los muros de estos espacios, dependencias húmedas y que requieren ciertas condiciones en la disposición de sus materiales.
Tanto los baños como las cocinas son lugares en donde la protección de la superficie de los paramentos debe ser singular.
